La inteligencia artificial generativa está en auge, pero su crecimiento trae consigo un problema ambiental alarmante: el aumento exponencial de la basura electrónica. Un estudio publicado en Nature Computational Science advierte que, si no se toman medidas, los equipos obsoletos de los centros de datos, esenciales para entrenar modelos de IA como ChatGPT y Copilot, podrían generar entre 1.2 y 5 millones de toneladas de residuos para 2030, multiplicando la basura electrónica actual por 1,000.
Los investigadores destacan que la economía circular es clave para mitigar este impacto. Peng Wang, uno de los autores del estudio, subraya la urgencia de adoptar estrategias sostenibles en la industria de la IA. Sin embargo, el rápido crecimiento de la demanda de procesamiento podría superar los esfuerzos de sostenibilidad, incrementando los residuos y afectando la salud del planeta.

Además de la basura electrónica, la expansión de la IA generativa también aumenta el consumo de energía y recursos como el agua, necesarios para mantener los sistemas de refrigeración en los centros de datos. La concentración geográfica de estos centros en regiones como Norteamérica, Europa y Asia Oriental podría trasladar grandes volúmenes de residuos electrónicos hacia países en África y Asia, donde se gestionan estos desechos.
En el futuro, la industria de la IA enfrenta el reto de equilibrar la innovación con la responsabilidad ambiental. Las restricciones en la importación de semiconductores y la demanda creciente de IA generativa podrían agravar aún más la situación, incrementando los residuos y las emisiones a niveles insostenibles si no se implementan soluciones de inmediato.
Fuente: elpais.com