Tupperware Brands Corp. ha solicitado la bancarrota, enfrentando años de declive en ventas. A pesar de cerrar su última planta en EE.UU., el nombre “Tupperware” seguirá presente, ya que muchos consumidores continúan usando el término para referirse a cualquier contenedor de alimentos, independientemente de la marca.

Este fenómeno de “genericización” afectó a Tupperware, al igual que marcas como Kleenex y Band-Aid, que se convirtieron en sinónimos de los productos que representan. Aunque Tupperware definió el mercado, su incapacidad para destacar frente a competidores más recientes ha sido parte de su declive.
La empresa buscará la autorización judicial para iniciar la venta de sus activos, con la intención de seguir operando. A pesar de esfuerzos por modernizar su oferta y atraer a nuevas generaciones, el aumento en los costos de producción y transporte ha reducido sus márgenes de ganancia.
La historia de Tupperware sigue siendo un ícono en la cultura estadounidense desde la posguerra, cuando sus “fiestas en el patio” se convirtieron en una celebración de la vida doméstica.
Fuente: mediapost.com