La reciente venta de Rhode, la marca de skincare de Hailey Bieber, por mil millones de dólares marca un nuevo hito en la evolución de los modelos de negocio D2C (direct-to-consumer). En un mercado digital saturado, esta transacción no solo resalta el poder de las marcas personales, sino también la capacidad del e-commerce para transformar la industria cosmética.
El auge del D2C en la industria de la belleza
En tan solo tres años, Rhode pasó de lanzar tres productos a convertirse en una marca valorada en más de 1.000 millones de dólares. Esta escalada es una clara muestra de cómo el modelo D2C permite:
- Lanzamientos ágiles
- Marketing directo al consumidor
- Control creativo total de la marca
- Alta escalabilidad en canales digitales
La marca operó inicialmente con venta exclusiva online y luego se expandió a marketplaces clave como Sephora, donde ya está disponible en EE. UU., Canadá y Reino Unido.
¿Qué representa esta venta para la industria?
La empresa adquiriente, e.l.f. Cosmetics, pagó 600 millones en efectivo, 200 en acciones y otros 200 en pagos futuros. Este movimiento fortalece su presencia en el segmento de skincare premium, y representa una fusión entre lo tradicional y lo digital.
Además, demuestra que el valor de marca ya no depende solo de grandes laboratorios o inversiones masivas, sino de la conexión con la audiencia y el uso inteligente de plataformas digitales.
La marca personal como motor de crecimiento
Hailey Bieber no fue la inversora principal, pero aportó algo más valioso: reconocimiento, contenido viral y storytelling visual. Desde el tubo de bálsamo con diseño de funda de móvil hasta su estrategia en redes sociales, Rhode supo construir una estética minimalista y aspiracional que conectó con millones.
Casos similares como Rare Beauty (Selena Gomez) o Fenty (Rihanna) confirman esta tendencia: las celebridades no solo prestan su nombre, construyen marcas con narrativa digital sólida.
¿Qué sigue para Rhode?
Bieber continuará como directora creativa, asegurando la coherencia visual y conceptual de la marca. La expansión global es el siguiente paso lógico, apoyado por una empresa consolidada como e.l.f. El acuerdo también acelera el acceso a nuevos canales de distribución física y digital.
La venta de Rhode es más que una transacción financiera: es un caso de estudio de cómo los modelos de negocio D2C, apoyados por marketing digital inteligente y personal branding, están reconfigurando industrias enteras. Una fórmula que otras marcas emergentes deberán analizar de cerca si quieren competir en la economía de la atención.