Un problema global con acceso limitado
La salud mental es una crisis creciente: el 85% de las personas con trastornos mentales no recibe tratamiento debido a la falta de profesionales y recursos. Según la OMS, mil millones de personas sufrían trastornos mentales antes de la pandemia, y la cifra aumentó con la crisis sanitaria. La brecha entre la demanda y la disponibilidad de atención psicológica ha llevado a la exploración de nuevas soluciones, incluyendo la inteligencia artificial.
IA en salud mental: ¿complemento o reemplazo?
La inteligencia artificial generativa está siendo utilizada en plataformas de apoyo emocional, chatbots y herramientas de análisis clínico. Ejemplos como Wysa, un chatbot de terapia cognitivo-conductual, han demostrado resultados prometedores: 91% de los usuarios lo encuentran útil y ha mejorado el acceso a atención psicológica en múltiples países.

Riesgos y desafíos éticos
A pesar de sus ventajas, la IA en salud mental plantea preocupaciones. La falta de regulación puede llevar a que algunas aplicaciones exageren sus capacidades. Además, la privacidad de los datos es un tema crítico, ya que la información personal de los usuarios podría ser utilizada con fines comerciales sin el debido control.
El futuro: colaboración entre humanos y máquinas
Para maximizar su impacto, la IA debe complementar, no reemplazar, la labor de los terapeutas. Mientras la IA puede asistir en tareas como el análisis de datos y la detección temprana de síntomas, la empatía y la toma de decisiones complejas siguen siendo irremplazables. Con la regulación adecuada y un enfoque centrado en el paciente, la IA podría ser una herramienta clave para mejorar el acceso a la salud mental en todo el mundo.
Fuente: es.wired.com